Sábado, 4 de enero: Saldremos a las 9:00 y la hora estimada de llegada serán las 13:00. El recorrido pensado es el siguiente: Erandio, Mungia, Gerekiz, Olabarri (avi), Mungia, Unbe, Erandio. Total: 82 km ; Desnivel: 680m.

Larunbata, urtarrilak 4: Erandiotik 9:00-etan atera eta 13:00-etan etxean izango gara. Hauxe da egingo dugun ibilbidea: Erandio, Mungia, Gerekiz, Olabarri (hornidura), Mungia, Unbe, Erandio. Guztira: 82 km ; Desnibela: 680m.

Domingo, 5 de enero: Saldremos a las 9:00 y la hora estimada de llegada serán las 13:30. El recorrido pensado es el siguiente: Erandio, Zorroza, Sodupe, Gordexola, Retes de Llanteno, Añes, Peña Angulo, el Refugio(avi), Artzeniega, Zorroza, Erandio. Total: 100km ; Desnivel: 1050m   

Igandea, urtarrilak 5: Erandiotik 9:00-etan atera eta 13:30-ean etxeratuko gara. Pentsatuta dagoen ibilbidea hauxe da: Erandio, Zorroza, Sodupe, Gordexola, Retes de Llanteno, Añes, Peña Angulo, el Refugio (hornidura), Artzeniega, Zorroza, Erandio. Guztira: 100km ; Desnibela: 1050m

URTE BERRI ON! ¡Con el nuevo año, vuelven las salidas oficiales de ETE! Como siempre, me visto con orgullo mi ropa de ETE, más algunos accesorios no oficiales para luchar contra el frio, y salgo a mi punto de quedada, 9:00h en el ayuntamiento con Miguel para reunirnos a las 9:15h en el Euskalduna con los compañeros que vengan desde Erandio.

Llego puntual a mi quedada, pero parece que Miguel va a llegar tarde, algo nada sorprendente. Lo que si me sorprende algo más, aunque no mucho, es cuando le veo llegar a lo lejos…¡La madre que lo parió! ¡Pero si viene sin el casco! ¿se habrá dado cuenta?

– ¿Qué Miguel que pasa? – le pregunto.

– Seré desgraciado, me he olvidado el casco – responde resignado.

Pues sí, parece que se ha dado cuenta. Le digo que vaya a por él tranquilo, que ya le esperamos Rubén y yo en el euskalduna y a ver si pillamos al resto luego.

Llego al euskalduna y está esperando Luísmi, al que le cuento la anécdota de Miguel mientras esperamos al resto de ciclistas. Algunos minutos más tarde vemos que llega un numeroso grupo de Kotes, la ausencia de lluvia parece que ha animado a la gente a salir. Tenemos en la grupeta a muchos ilustres integrantes del club: Igor, Maisu, Vicente, Floren, Teo, Mikel, Javi y Rúben. Este último llega algo extrañado por la ausencia de su cuñado Miguel.

-Tú espera aquí conmigo a Miguel, que ha bajado hasta el ayuntamiento sin el casco. – le digo

A lo que varios exclaman con incredulidad “¿En serio?” o “¿Otra vez?”, y es que no es la primera vez que al bueno de Miguel se le olvida el casco. Nos quedamos Rubén y yo esperando mientras el resto da comienzo a la ruta. Después de un buen rato llega Miguel, ahora sí, completamente equipado, y nos ponemos en marcha para alcanzar a la fuga, que nos lleva ya una buena ventaja. Por suerte, contamos con las cualidades velocistas de Rubén, quien se pone a tirar como un podenco, mientras que Miguel y yo aprovechamos el gran rebufo que genera tras él para poder seguir su ritmo.

Tras unos 25 km de relevo de Rubén, pasada la rotonda de Sodupe, conseguimos vislumbrar a un grupo de ciclistas a los que distinguimos por la equipación de ETE, decidimos echar un sprint para darles alcance, le doy relevo a Rubén, y pronto alcanzamos a la grupeta, pero solo nosotros dos, ya que Miguel ha perdido el rebufo y se ha quedado rezagado, ni se le ve. Saludamos al grupo, y les preguntamos por donde van a ir, ya que vamos a frenar para volver a esperar a Miguel. “¿Qué se le ha olvidado ahora?” pregunta alguno. Frenamos para esperarle, y cual buenos gregarios le llevamos a rebufo hasta el pelotón.

¡Por fin! Ya estamos todos juntos. A un ritmo más tranquilo que el impuesto antes por Rubén, cogemos el desvió hacía Llanteno, y rodamos hasta el cruce para encarar la carretera que nos lleva a Peña Angulo. Llegado este punto, Teo y Vicente deciden desviarse hacia Artzeniega y esperarnos en El Refugio, allí seguro que no pasan frio.

Cuando comienza a ponerse cuesta arriba el camino, parece que Mikel quiere comprobar la velocidad máxima en subida de su nueva bicicleta, y se va para arriba como un escalador profesional. Bastante más atrás vamos subiendo Maisu, Igor, Luismi, Rubén y yo, a un ritmo algo alto para los que hemos comido demasiado turron estas navidades. Por detrás, Floren, Javi y Miguel deciden subir a un ritmo más disfrutón. Según va a avanzando la subida, se pone de manifiesto el buen estado de forma de Maisu e Igor, los cuales se escapan mientras que a su vez yo me escapo de Luismi, y este de Rubén, quien acusa el esfuerzo hecho habiéndonos llevado a Miguel y a mi hasta la grupeta. Poco a poco vamos subiendo por esta bonita carretera de subidas y bajadas, aprovecho uno de estos tramos cuesta abajo para alcanzar a Maisu e Igor, poco más tarde cuando los 3 alcanzamos a Mikel, empiezo a notar que la rueda trasera se pega al asfalto más de lo normal. ¡Vaya por dios! He pinchado. Decido ver hasta cuando aguanta la cámara sin perder todo el aire, mientras que Mikel, Maisu e Igor se me escapan, pero no penséis que pongo como excusa el pinchazo, se me hubieran escapado igual, parece que han respetado más que yo la dieta en navidad.

Con mi rueda medio hinchada consigo llegar hasta el cruce hacia Peña Angulo, donde Igor ha parado a esperar a todos mientras que Maisu y Mikel han tirado para subir el kilómetro y pico que queda hasta arriba ¡Que suerte la mía que el que haya esperado sea el mecánico! Entre los dos (90% él 10% yo) cambiamos la cámara en un momento mientras que esperamos a que lleguen los demás.

Una vez todos reunidos, y tras una bajada heladora de Peña Angulo, llegamos al Refugio, donde nos esperan Teo y Vicente. Entre cafés y txoripanes, entramos un poco en calor, y volvemos a emprender la marcha de vuelta a Erandio. La vuelta transcurre de manera calmada entre charlas, cuando Floren, quien rueda a mi lado me dice “¿Qué?¿hoy atacaras en el Jamón?”. Cierto, ya casi se me había olvidado, aún queda el codiciado Col del Jamón, al que llego con opciones de vestir el maillot de líder. A partir de ahí, me pongo a chupar rueda para guardar todas las fuerzas posibles para tratar de ganar en el Jamón.

Cuando nos aproximamos al Jamón, decido lanzar un ataque lejano para ver cuantos de la grupeta quieren jugar, Rubén sale tras de mí mientras que nadie más hace ningún movimiento. “Bien, va a estar fácil” pienso mientras dejo que Rubén me de alcance. Llegamos juntos al Col del Jamón y Rubén empieza a subir con fuerza sacándome unos metros. Sin ninguna preocupación, cojo un ritmo y voy subiendo, ya que es cuestión de tiempo que la gravedad frene al grandullón. Quedando unos cuantos metros para coronar, la inercia de Rubén ya no puede vencer a la gravedad y le sobrepaso. Perfecto, he aprovechado bien la ausencia de Guille (saludos a quien te pone los turnos en domingo) para poder ganar en el Col del Jamón. Tras coronar, espero a Rubén y a los demás para continuar la ruta, y empiezan las quejas de Rubén sobre mi victoria: “ese chaleco no es el oficial, hay que ir de ETE” o “no vale atacar de tan lejos”. Apelaciones a la UCI por favor.

Recorremos en grupo los kilómetros que quedan hasta Zorroza, donde nos sacamos una bonita foto de grupo, y una vez en el euskalduna, nos volvemos a dividir según nuestro destino, para poner fin a una buena jornada de ciclismo en buena compañía. ¡Hasta la próxima!

Fdo. Sendoa – BIC de Oro 2019